viernes, 11 de marzo de 2011

Cómic: Peter Milligan (III)

Concluyo el repaso a los títulos de saldo de Norma dedicados al guionista inglés que surgieron de la línea Vértigo. Cualquier título menor de Milligan ya merece más la pena que la mayoría de trabajos de otros guionistas con más -inmerecida- fama.

POP LONDON con Philip Bond: ***
Una vieja gloria del rock inglés descubre que ha echado su vida a perder. Y peor todavía, que esto le da cien patadas a su yo de treinta años que dejó grabado un mensaje (y un extraño regalo) para sí mismo preveyendo que esto ocurriera. Para recuperar el tiempo perdido cambiará su cuerpo con el de un joven (no cuento como evidentemente, pero la idea está muy bien traída) y los líos se empezarán a suceder uno tras otro con cómicas consecuencias. Y otra vez la identidad como eje de reflexión y análisis. La ligereza ocasional del relato (bordeando la comedia de enredo sexual) no permite permeabilizar totalmente las aspiraciones de un Milligan que camina un poco en tierra de nadie por las convenciones del mundo de excesos que asociamos a las estrellas de la música, sin hacer sangre tanto como podría. No obstante el estupendo y colorista dibujo de Bond ayuda a que la trama no caiga en el revés moralizante y el guión está lo suficientemente bien tramado como para entretener, divertir y hacer reflexionar un poquito al tiempo.

GIRL con Duncan Fegredo: ***1/4
Una adolescente imagina alternativas a su rutinaria vida en la Inglaterra industrial post-tatcheriana. Y lo hace porque tiene una vida de mierda. Que te toque la lotería en su barrio (en la línea sucia y costubrista del TRAINSPOTTING de Boyle) es la máxima aspiración de sus patéticos habitantes. Su familia es un asco y por ello intenta vivir a través de su imaginación, cambiando su mundo al cambiar su forma de verlo. De nuevo la constante de Milligan; la identidad. Si en el caso de ENIGMA y THE MINX era la identidad sexual, aquí al igual que en LOS CARNÍVOROS es la individual frente a la familiar y social. El dibujo de nuevo en colaboración con Fegredo sienta de maravilla a los ambientes opresivos, enfermizos y pesadillescos del escritor. Un tebeo sugerente, malsano, irónico, de gran potencia visual y conceptual (con ecos a EL CLUB DE LA LUCHA) que se hace demasiado corto y que no aprovecha del todo su magnífico punto de partida. Con todo una obra más que recomendable.

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