Las tres temporadas que configuran la serie "Legion", representan la máxima aspiración de una serie basada en un cómic: imaginación, audacia expositiva, respeto a los personajes y riesgo narrativo.
LEGION de Noah Hawley: ****
No solo se trata de la serie mejor desarrollada y cohesionada a lo largo de sus tres temporadas en función del recorrido de sus personajes, sino también la que mejor ha entendido las posibilidades que el cómic ofrece para contar historias que usan diferentes niveles de realidad, viajes temporales, poderes ilimitados o delirios oníricos, todo ello mezclado con emociones tan básicas y cercanas como el amor, la traición, la soledad, la amistad y el miedo. La combinación de todos estos elementos en manos más complacientes y menos ambiciosas habría dado por resultado un producto del montón basado en tópicos o clichés comerciales (grandes obras del cómic se han desaprovechado en sus traslaciones al formato audiovisual de este modo: "Lucifer", "Human Target", "Inhumans"), olvidando en el camino que la esencia de los relatos no se basa en la fidelidad física de los trajes de colores de los personajes o en el parecido físico del casting de los actores, sino en la esencia de los caracteres y la interacción emocional coherente entre ellos.
Por suerte, esto comienza a mejorar en series como "Doom Patrol", "Umbrella Academy", "Daredevil", "Watchmen", "The Boys", "Deadly Class" o "Preacher". Además tenemos un montón más en preparación que esperamos estén a la altura de las expectativas: "Sandman", "DMZ", "Sweet Tooth", "Jupiter´s Legacy", "Astro City". Pero también hay una ristra de otras series que llenan las parrillas y las plataformas con sobreabundancia de una amabilidad reiterativa y aseada que no arriesga absolutamente nada en temporadas eternas y clónicas. Por ello resulta tan refrescante encontrar un producto como "Legión", en el que sus creadores han logrado mantener el pulso artístico in crescendo, subiendo las apuestas narrativas del mismo con cada nuevo arco, siendo las tres temporadas partes de un único relato, sucesivamente más apasionante y complejo.
Esto conlleva que la exposición dramática se tome su tiempo, con episodios que pueden resultar exasperantes para el espectador medio, pero que están repletos de inventiva, metáforas visuales y referencias comiqueras, tratados además con una profundidad referencial admirable. Nada de ello sería posible sin actores convincentes al frente, y el protagonismo de Dan Stevens es arrollador. Un actor con carisma y talento capaz de resultar vulnerable, amenazador, desvalido o peligroso con la misma facilidad. Su némesis, el actor iraní Navid Negahban es el gran as en la manga de la serie, con una presencia elegante, sibilina y penetrante que recuerda a los grandes villanos que acaban cayendo bien pese a todo (Hannibal Lecter, John Doe). Aubrey Plaza también destaca con su alocado atractivo, así como Jemaine Clement, Bill Irwin o Hamish Linklater. Quizás el papel más exigente -por su "normalidad"- lo tiene una Rachel Keller que se queda un paso atrás respecto a compañeros tan dotados.
El resto de apartados artísticos resulta igualmente brillante, desde la colorida fotografía (que fluye de lo naturalista a lo vanguardista con pasmosa habilidad), pasando por la acertada música de Jeff Russo así como el genial uso de las canciones, un montaje excelente, todo en "Legión" responde a las necesidades de un trayecto repleto de imaginación con un destino bien marcado desde su mismo inicio. Voy a pecar de excesivo para acabar, pero si Michael Mann y David Lynch hubiesen dirigido juntos una serie basada en un cómic, el resultado se habría parecido mucho a "Legión". Ahí queda eso.